Reportaje
Reportaje Quintas Carolinas
El 30 de agosto de 1867 en la finca de campo conocida como "Labor de Trías", murió de tuberculosis pulmonar el general Angel Trías, a Ia edad de 58 años. Con esta muerte se cerró un ciclo importante en Ia vida política de Chihuahua.
Este personaje fue uno de los más fieles colaboradores del gobernador José Joaquín Calvo en 1834 y diez años después, en 1844, se convirtió en el iniciador del liberalismo chihuahuense. Por toda su trayectoria en Ias filas de los reformistas fue el político chihuahuense de más confianza para el licenciado Benito Juárez.
La finca donde murió había sido propiedad de su familia, es decir, de su abuelo materno y padre adoptivo: don Juan Álvarez, uno de los hombres adinerados más importantes de la entidad durante el primer tercio del siglo pasado. No quedaron fotografías ni descripciones de esta casa, pero como sucede regularmente, la “Labor de Trías ” simboliza de alguna manera el ciclo de vida y Ia presencia de este importante personaje de nuestra historia. Don Luis Terrazas, con seguridad, tuvo presente esta motivación cuando unos años después emprendió las gestiones con las hijas de Trías para adquirir la propiedad que originalmente estaba contenida en 5 7/8 sitios de ganado mayor, equivalentes a 10,500 hectáreas aproximadamente. Así el 12 de febrero de 1895, según quedó asentado en los libros del Registro Público de Ia Propiedad, el licenciado Juan Francisco Molinar en representación de Luis Terrazas, y el licenciado Manuel Prieto representando a Victorina y Teresa Trías, firmaron el contrato de compra-venta en el libro protocolo deI notario público Rómulo Jaurrieta.
Al año siguiente, un 4 de noviembre de 1896, don Luis Terrazas le obsequia a su esposa Carolina Cuilty un bello regalo para celebrar el día de “Las Carolinas”: una hermosa casona de campo construida en el mismo espacio que había ocupado la antigua “Labor de Trías”. La magnífica residencia quedó bautizada con grandes letras elaboradas sobre los bloques de cantera como la “Quinta Carolina “, y su inauguración fue un gran acontecimiento en la vida social de Chihuahua porque con ello se daba inicio a un gran proyecto que, a Ia manera de las ciudades europeas, permitiría a esta ciudad contar con un área campestre suburbana. En los años siguientes muchos capitalistas adquirieron terrenos a lo largo de la avenida de Nombre de Dios que conducía a los coches de caballos desde Ia ciudad de Chihuahua hasta los terrenos de la Quinta, después de tomar una desviación y entrar a la gran alameda que conducía di rectamente a las puertas de la casa de campo de doña Carolina